DOI: https://doi.org/10.71112/w9hn0p76
1702 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 3, 2025, julio-septiembre
chef asumía un rol de administrador general: planificaba menús, organizaba recursos, lideraba
brigadas, coordinaba estaciones y supervisaba la calidad. Tal como Fayol estableció principios
como la unidad de mando, la especialización y la centralización, Escoffier los aplicó al entorno
culinario, consolidando así un modelo de gestión aplicable más allá del restaurante (Fayol,
1949; Jones y Boje, 2008).
Por otro lado, diversos estudios en el plano internacional han abordado esta
convergencia entre la gastronomía y la administración científica. Rousseau (2009) en este
sentido, señaló que Escoffier incorporó principios proto-gerenciales décadas antes de que
fueran formalizados por la administración científica, con énfasis en la disciplina, la previsión, la
formación y la documentación estandarizada. A partir de estas observaciones, los
investigadores Horng y Lee (2006) propusieron modelos de gestión culinaria en los que se
reconoce la cocina profesional en medio de un entorno de alta exigencia organizacional,
negocios en medio de entornos caóticos y turbulentos comparable con otros sectores
productivos, lo que coincide con el trabajo de Capacidades Dinámicas de Mendoza Betin
(2018), quien enfatiza que en contextos organizacionales complejos y volátiles, la capacidad de
adaptación, aprendizaje y reorganización estructural resulta determinante para la sostenibilidad
y el desempeño, principios que ya estaban presentes, aunque de forma temprana, en la
filosofía operativa de Escoffier.
Desde otro campo, Jones y Boje (2008) argumentaron que las cocinas de Escoffier
anticiparon prácticas de liderazgo situacional y sistemas de calidad total, donde el respeto a los
roles, la comunicación fluida y el control sobre los tiempos eran claves para la entrega del
producto final: el plato. Además, se destacaron las conexiones entre las cocinas de Escoffier y
los modelos de gestión Lean, especialmente en cuanto al flujo continuo, la eliminación de
desperdicios y la mejora continua (Sharma, 2015).