Forma Descripción generada automáticamente
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Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias
Volumen 2, Número 4, 2025, octubre-diciembre
DOI: https://doi.org/10.71112/4ng2mg62
EL CLIMA ESCOLAR COMO PILAR DEL BIENESTAR Y DEL APRENDIZAJE
ESTUDIANTIL
SCHOOL CLIMATE AS A PILLAR OF STUDENT WELL-BEING AND LEARNING
Pedro Francisco Tiburcio Cruz
República Dominicana
DOI: https://doi.org/10.71112/4ng2mg62
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El clima escolar como pilar del bienestar y del aprendizaje estudiantil
School climate as a pillar of student well-being and learning
Pedro Francisco Tiburcio Cruz
pedroftiburcio@gmail.com
https://orcid.org/0000-00025854-8023
Universidad Católica del Cibao-UCATECI
República Dominicana.
RESUMEN
El clima escolar es crucial para el bienestar socioemocional de los estudiantes y el aprendizaje
holístico. Afecta no solo su rendimiento académico, sino también sus relaciones interpersonales
dentro de las instituciones educativas y su comunidad escolar. En una escuela secundaria
pública urbana en Santo Domingo Norte, la intención de este estudio fue analizar la asociación
entre el clima escolar, las interacciones entre profesores y estudiantes, y el bienestar
socioemocional, así como su impacto en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se realizó
un análisis cualitativo exploratorio-descriptivo y no experimental empleando entrevistas
semiestructuradas, grupos focales, observación participante y análisis documental entre 237
estudiantes, 10 profesores y 3 miembros del equipo directivo. Los resultados indican
deficiencias en aspectos como la convivencia, la resolución de conflictos, la participación
estudiantil y el rendimiento académico, así como situaciones de aislamiento y violencia escolar.
Surgieron seis dimensiones centrales: relaciones interpersonales, autorrealización estudiantil,
estabilidad emocional, apertura a la innovación, participación y sentido de pertenencia, e
infraestructura adecuada. Esto sugiere que se fomenta un clima escolar positivo a través del
apoyo socioemocional, estrategias de métodos activos (incluyendo el fomento de la
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participación estudiantil), inversión en infraestructura escolar y la dedicación sostenida de toda
la comunidad educativa. Estos estudios aportan importantes conocimientos para las políticas
educativas y la formación de docentes e incluyen prácticas centradas en la motivación, el
aprendizaje significativo y el desarrollo holístico del estudiante, y hacen del clima escolar un
papel estratégico crucial en las áreas urbanas.
Palabras clave: clima escolar; bienestar socioemocional; convivencia; participación estudiantil;
aprendizaje significativo
ABSTRACT
School climate is an important factor related to socioemotional well-being and learning for
students. It impacts students’ academic achievement, as well as the way they relate to each
other and the school community. This study was conducted in the urban public high school in
Santo Domingo Norte aiming to analyze the relationship of school climate, teacher-student
interaction, and socioemotional well-being with teaching and learning tasks. Methods For this
purpose, as part of this explorative-descriptive qualitative analysis, we interviewed 237 students,
conducted focus groups, engaged in participant observation, and documentary analysis with 10
teachers and 3 management team members. The research findings disclosed the following
issues: coexistence problems, conflicts, student engagement, academic performance, and
isolation and school violence. We identified six dimensions that characterize the school climate:
relationships, self-actualization, emotional stability, openness to change, participation and sense
of belonging, and the provision of supporting infrastructure. Our results indicate that the
provision of socioemotional support, teaching styles, student participation, infrastructure
investments, and school community commitment are vital to establish a positive school climate.
These perspectives lay down valuable premises for policy-led education, teacher preparation
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and inclusive practices that promote motivation, deep learning and holistic student experience
thereby positioning school climate as an important component in urban environments.
Keywords: school climate; socio-emotional well-being; coexistence; student participation;
meaningful learning
Recibido: 13 de octubre 2025 | Aceptado: 28 de octubre 2025
INTRODUCCIÓN
Según la literatura de investigación, el clima escolar es un componente significativo de
la calidad de la educación en cuanto al estado emocional, la convivencia, el rendimiento
estudiantil y el desempeño docente. Se ha encontrado que un ambiente escolar positivo facilita
la socialización, reduce los problemas emocionales y mejora el rendimiento académico
(Berkowitz et al., 2017). En sistemas educativos saludables, los estudiantes están motivados,
dedicados al estudio y más activos en eventos y actividades escolares (Darling-Hammond et
al., 2020; Cohen et al., 2009). Por lo tanto, la calidad de la educación debe evaluarse de
manera holística en sus dimensiones socioemocional, metodológica y administrativa para
asegurar el máximo progreso.
El sistema educativo existente tiene obstáculos que superar, especialmente las
escuelas urbanas que están desfavorecidas. Problemas como la violencia, la exclusión social y
la falta de instalaciones generan condiciones que limitan la implementación de prácticas
pedagógicas efectivas. Cuando la administración escolar es excesiva, los recursos materiales
son escasos y ocurren conflictos en las aulas, los docentes sienten que no pueden incorporar
nuevas metodologías en su práctica. Estas condiciones tienen efectos adversos en la
percepción del ambiente escolar y en las experiencias de aprendizaje de los estudiantes
(Benbenishty et al., 2016). Estos desafíos son más pertinentes en el contexto de la escuela
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secundaria, cuando los adolescentes atraviesan etapas críticas de desarrollo cognitivo, social y
emocional que requieren entornos seguros y estimulantes para su desarrollo (Eccles & Roeser,
2011).
Las investigaciones realizadas sobre el rendimiento académico de estos climas
escolares muestran su relación con el clima escolar y su impacto en el rendimiento. Según
Berkowitz et al. (2017), las escuelas saludables tienen menos conflictos y un rendimiento
académico mucho más alto. Como señalaron Darling-Hammond y sus colegas (2020), el
enfoque integrado del aprendizaje socioemocional también puede mejorar la resiliencia, la
motivación y la autorregulación de los estudiantes dentro de su entorno: todo lo cual es crítico
para el aprendizaje y los resultados del aprendizaje. La evidencia global sugiere la importancia
de ver el clima escolar como un constructo complejo, que abarca las interacciones entre
educadores, así como entre maestros, estudiantes, familias y la comunidad académica, para
facilitar el aprendizaje y el bienestar.
El clima escolar es uno de los factores más influyentes en la calidad de la educación
que impacta la salud emocional de los estudiantes, las relaciones sociales, el logro, el trabajo
escolar y el rendimiento académico (Fang, 2025). La investigación muestra que un clima
escolar positivo ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades sociales y, por lo tanto,
menos problemas emocionales y mejores logros académicos (Fang, 2025).
En las escuelas saludables, cuanto mayor es esta motivación, mayor es el grado de
compromiso con el aprendizaje y la participación en actividades escolares. Los programas de
aprendizaje socioemocional (SEL) han demostrado aumentar el éxito educativo en todos los
resultados estudiantiles. Los estudios sugieren que los programas SEL bien diseñados
aumentan las habilidades socioemocionales de los estudiantes, la participación académica, los
hábitos prosociales y disminuyen los comportamientos y problemas psicológicos en los niños y
adolescentes de todas las clases educativas (Durlak et al., 2011).
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El entorno educativo actual está plagado de dificultades, especialmente para las
escuelas urbanas bajo presión socioeconómica. El crimen, la exclusión social, la infraestructura
insuficiente, la escasez de recursos y las limitaciones de recursos dificultan la aplicación de
estrategias pedagógicas con eficacia en la educación. La carga administrativa excesiva, la
escasez de recursos y el conflicto incipiente en el aula hacen que los docentes se sientan
limitados para utilizar prácticas innovadoras en el aula, moldeando así tanto el clima escolar
como la experiencia educativa de los estudiantes (Osher et al., 2016).
La base teórica de este estudio sigue enfoques de clima escolar que consideran el
clima escolar como un sistema complejo que está interrelacionado. El enfoque ecológico de
Bronfenbrenner, y especialmente la versión bioecológica, es útil para un modelo conceptual
sólido que puede explicar cómo las escuelas moldean el desarrollo de los niños. Dicha teoría
enfatiza la importancia de la interacción entre diferentes sistemas (microsistema, mesosistema,
exosistema, macrosistema y cronosistema) para influir en las experiencias de aprendizaje y el
desarrollo socioemocional de los individuos.
En el entorno escolar, el clima se ve influenciado por la calidad de las relaciones entre
docentes, estudiantes, familias y la comunidad (Bronfenbrenner, 1994). Además, la
implementación de programas de aprendizaje socioemocional (SEL) ha demostrado tener
efectos positivos en diversos resultados estudiantiles. Investigaciones han mostrado que los
programas SEL bien ejecutados mejoran las habilidades sociales y emocionales, fomentan el
compromiso académico, promueven comportamientos prosociales y reducen los problemas de
conducta y el malestar psicológico en estudiantes de todos los niveles educativos (Durlak et al.,
2011).
Entender el clima escolar desde una perspectiva ecológica nos ayuda a ver cómo
diferentes factores se entrelazan y afectan el desarrollo de los estudiantes. Fomentar un
ambiente escolar positivo y poner en marcha programas de aprendizaje social y emocional
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(SEL) son estrategias clave para mejorar tanto el bienestar como el rendimiento académico, lo
que a su vez contribuye a una educación integral y de calidad. El rol del docente y la gestión
escolar son cruciales para establecer un clima educativo favorable. Las estrategias
pedagógicas que se centran en la participación activa, la reflexión sobre las emociones y la
creación de vínculos afectivos fortalecen la cohesión en el aula, elevan la autoestima y
estimulan la motivación académica. Además, el liderazgo escolar colaborativo, la participación
de la comunidad y una planificación estratégica son elementos que ayudan a crear entornos
seguros y estimulantes, donde los estudiantes se sienten valorados y respaldados (Hoy &
Miskel, 2013).
Evaluar el clima escolar es una herramienta esencial para entender y mejorar el
entorno educativo, ya que permite captar las percepciones de estudiantes, docentes, familias y,
en ocasiones, del personal administrativo. Esta evaluación abarca múltiples dimensiones,
incluyendo la calidad de las relaciones interpersonales entre docentes y estudiantes, la
interacción entre compañeros y la relación de toda la comunidad escolar, así como el ambiente
académico, que incluye la organización de la enseñanza, la claridad en las expectativas y los
métodos pedagógicos empleados (Wang, Degol, & Henry, 2020). También se considera el
apoyo socioemocional, que implica la existencia de espacios seguros, la gestión de conflictos y
la promoción del bienestar emocional de los estudiantes, así como la infraestructura y los
recursos disponibles, que son fundamentales para el desarrollo de actividades educativas
efectivas (Alharbi, 2021).
Diferentes erudiciones subrayan lo crucial que es evaluar el clima escolar de manera
periódica. Este tipo de monitoreo ayuda a entender cómo las prácticas de enseñanza afectan la
percepción que tienen los estudiantes sobre su entorno, y cómo estas percepciones, a su vez,
influyen en su motivación, bienestar y rendimiento académico. Según López (2025), realizar
evaluaciones regulares permite identificar áreas que necesitan mejoras y planificar
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intervenciones específicas. Por otro lado, Santiago y Da Silva (2023) destacan que una
evaluación sistemática refuerza la cohesión y el aprendizaje en las aulas, creando un ambiente
más inclusivo y estimulante. Los instrumentos más comunes en estas evaluaciones son
cuestionarios estandarizados, como la Classroom Environment Scale (CES), así como
encuestas adaptadas a contextos locales. La información que se obtiene de estas herramientas
permite a los equipos directivos diseñar estrategias pedagógicas y socioemocionales, fomentar
la participación de estudiantes y familias, y ajustar las políticas escolares para asegurar
entornos seguros y motivadores (Ampofo, 2025; Wang et al., 2020). La evidencia empírica
indica que las escuelas que monitorean y actúan sobre el clima escolar logran un mayor
compromiso, motivación y rendimiento académico de sus estudiantes, lo que contribuye al
bienestar integral y al aprendizaje significativo (Alharbi, 2021). La evaluación del clima escolar
no solo se enfoca en las condiciones físicas y organizativas del aula y la escuela, sino que
también actúa como un mecanismo estratégico para mejorar la calidad educativa. La
recopilación sistemática de información sobre las percepciones de los diferentes actores
escolares permite diseñar intervenciones efectivas, mejorar la experiencia educativa y
favorecer el desarrollo socioemocional de los estudiantes, asegurando un aprendizaje integral y
sostenido a lo largo del tiempo (López, 2025; Santiago & Da Silva, 2023).
Este estudio plantea varias preguntas que guían la investigación: ¿Cómo ven docentes
y estudiantes el clima escolar en la Escuela María Auxiliadora? ¿Qué estrategias pedagógicas
y de gestión utilizan los docentes para mejorar ese clima? ¿De qué forma la participación de
estudiantes y familias impacta en la creación de un entorno escolar seguro y estimulante?
¿Cuáles son los factores socioemocionales y pedagógicos que afectan, ya sea positiva o
negativamente, la percepción del clima escolar? Con base en estas preguntas, el objetivo
principal de la investigación es identificar cómo docentes y estudiantes perciben el clima
escolar y las estrategias que se implementan para gestionarlo en la Escuela María Auxiliadora.
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Los objetivos específicos incluyen analizar los factores que influyen en esta percepción y
proponer recomendaciones para fortalecer la cohesión y el bienestar en la comunidad
educativa. La hipótesis sugiere que un clima escolar positivo, que se caracteriza por la
participación activa de docentes, estudiantes y familias, así como por estrategias pedagógicas
efectivas y espacios seguros, contribuye de manera significativa al bienestar emocional, la
motivación y el rendimiento académico de los estudiantes. La importancia del clima escolar se
hace especialmente evidente en la educación secundaria, donde los estudiantes enfrentan
desafíos típicos de la adolescencia, como la búsqueda de identidad, la necesidad de
pertenencia y la gestión de emociones complejas (Eccles & Roeser, 2011). Los entornos
escolares negativos, marcados por la violencia, la exclusión o la falta de respeto, generan
estrés y desmotivación, lo que impacta directamente en el rendimiento académico y el
desarrollo socioemocional (Benbenishty et al., 2016). En cambio, los entornos positivos
fomentan la participación activa, refuerzan la autoestima y estimulan la motivación intrínseca,
creando condiciones ideales para un aprendizaje significativo. El aprendizaje socioemocional
se ha convertido en una herramienta clave para mejorar el ambiente escolar. Ayuda a los
estudiantes a identificar y manejar sus emociones, a construir relaciones positivas y a enfrentar
los desafíos de manera constructiva (Durlak et al., 2015; Osher et al., 2016). La capacitación de
los docentes en habilidades socioemocionales y en estrategias de mediación juega un papel
fundamental en la mejora de la percepción del clima escolar y en la reducción de conflictos en
el aula, lo que tiene un impacto directo en el bienestar y el rendimiento de los estudiantes. Esto
pone de relieve la importancia de implementar intervenciones pedagógicas que integren tanto
las dimensiones cognitivas como las socioemocionales, creando así un entorno educativo más
completo. La investigación en Latinoamérica ha demostrado que aplicar estrategias centradas
en la tutoría, la mediación y la participación de los estudiantes contribuye a crear entornos
escolares positivos (Rodríguez et al., 2015). En contextos urbanos, como en la República
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Dominicana, factores socioemocionales, pedagógicos y administrativos se entrelazan para
influir en la percepción de bienestar y aprendizaje de los estudiantes (Benbenishty et al., 2016).
Estos hallazgos resaltan la importancia de un enfoque integral que considere la interacción de
diversas variables para mejorar el clima escolar, subrayando que la educación no se limita a los
contenidos académicos, sino que también abarca la calidad de las relaciones, la gestión
institucional y la participación de la comunidad.
Comprender y gestionar el clima escolar es fundamental para asegurar la calidad
educativa, la motivación y el aprendizaje de los estudiantes, fortaleciendo así la cohesión y el
desarrollo integral de la comunidad educativa (Darling-Hammond et al., 2020; Cohen et al.,
2009).
METODOLOGÍA
El estudio se llevó a cabo con un diseño de estudio cualitativo de tipo descriptivo no
experimental dentro de estudiantes, profesores y personal administrativo a nivel instruccional
para comprender y explorar el proceso del clima escolar a nivel secundario. Este enfoque
permite la descripción de experiencias, percepciones, significados de convivencia, participación
y bienestar socioemocional de los actores educativos en su contexto natural, sin interferencia
externa. Por lo tanto, el tipo de investigación es exploratorio descriptivo, ya que explora para
reconocer los patrones, relaciones y dinámicas en la percepción del clima escolar, y las
estrategias empleadas para afrontar y fomentar un ambiente educativo positivo. El diseño no
experimental y transversal permite a los investigadores obtener información detallada de los
sujetos en un momento exacto, proporcionando una entrada cercana y contextual sobre
experiencias y opiniones de los individuos.
Los participantes en el estudio estaban compuestos por estudiantes, profesores y
directivos de una escuela secundaria pública en el distrito 10-01 de Santo Domingo Norte, un
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contexto socioeconómico de entorno urbano que tiene problemas en términos de
infraestructura, liderazgo escolar y participación familiar, de modo que las dimensiones del
clima escolar puedan ser analizadas extensamente. La muestra de investigación se reali
mediante el método de muestreo estratificado proporcional que se ajustó al rol de la institución
y, en este caso, al grado académico de los estudiantes. La muestra final consistió en 237
estudiantes, 10 profesores y 3 miembros del equipo de gestión, asegurando así un equilibrio
justo de percepciones para todos los actores clave. Los datos se recopilaron a través de
métodos cualitativos complementarios. Se estructuraron entrevistas con profesores y personal
de gestión, observando la convivencia, el liderazgo, la participación estudiantil, la gestión de
conflictos y las estrategias pedagógicas. Se realizaron grupos focales con estudiantes de todos
los sexos y grados para facilitar la expresión del pensamiento libre y el debate sobre temas de
seguridad, inclusión, respeto y motivación. Además, también se realizó un análisis documental
de normas de convivencia, actas de reuniones y políticas institucionales, estableciendo el
contexto de las opiniones de los participantes y conociendo cómo las regulaciones y hábitos
afectan el clima en un ambiente escolar. Las guías de entrevista y los protocolos de
observación fueron informados por un protocolo enfocado creado específicamente para el
estudio y se grabaron y transcribieron todas las entrevistas para ser analizadas
sistemáticamente. El horario de trabajo se estableció de mayo a agosto de 2025, lo que nos
permitió planificar de cerca todas las etapas.
Los datos se recopilaron en sesiones de una semana de duración para cada grado
con estudiantes femeninos y masculinos y una duración de 120 minutos, guiados por personal
capacitado. Luego se aplicaron la codificación de transcripciones y la identificación de
categorías temáticas, el análisis e interpretación de datos y la comparación de la percepción de
estudiantes y profesores, seguidos del análisis de los resultados en comparación con la
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literatura y los objetivos del estudio. El cronograma permitió un seguimiento estructurado que
permitió la sistematización y fiabilidad de los datos.
Los datos se analizaron mediante el método de codificación y categorización
cualitativa para derivar temas y subtemas que se utilizaron para el análisis de datos. Se utilizó
la triangulación de fuentes (entrevistas, grupos focales y documentos) para mejorar la validez y
fiabilidad de los resultados en los hallazgos sobre el clima escolar, proporcionando una
impresión completa del clima escolar y las estrategias relacionadas con la gestión de la escuela
y la administración (Patton, 2015). Todos los participantes proporcionaron su consentimiento
informado, se aseguró la confidencialidad y el anonimato y pudieron retirarse de la
investigación en cualquier momento sin consecuencias. La participación no se impuso en los
programas académicos y no se experimentó incomodidad o estrés. Se determinaron criterios
de inclusión: estudiantes que hubieran asistido al año escolar 2025, profesores y personal de la
instalación durante seis o más meses, y la disposición a participar voluntariamente. Aquellos
que no calificaron para el propósito o que no proporcionaron consentimiento fueron excluidos.
Aunque el estudio se basa en una sola escuela secundaria, lo que inhibe la
generalización, como resultado, los hallazgos son relevantes y replicables, tanto para los
propósitos de la formulación de políticas educativas como para futuras investigaciones sobre el
clima escolar en comunidades similares. En resumen, esta metodología integra métodos
cualitativos descriptivos, un diseño no experimental, muestreo estratificado proporcional,
entrevistas semiestructuradas, grupos focales y análisis documental, junto con un conjunto de
consideraciones éticas y criterios de inclusión/exclusión. Este procedimiento aseguró un retrato
detallado y completo del clima escolar, destacando fortalezas y debilidades y cómo aumentar la
convivencia, la participación y el bienestar socioemocional con miras a informar decisiones en
educación.
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RESULTADOS
Percepción general del clima escolar
Los hallazgos de grupos focales con estudiantes y entrevistas estructuradas con
maestros indican una visión positiva del clima escolar en los centros de Santo Domingo. Los
estudiantes informaron que se sienten motivados y apoyados cuando perciben un aula en un
clima de respeto y colaboración. Por ejemplo, como informó un estudiante: “Cuando los
maestros nos escuchan y nos tratan con respeto, me siento más motivado para participar y
ayudar a mis compañeros”. Los maestros señalaron la necesidad de construir relaciones de
confianza para que el aprendizaje sea efectivo: “Fomentar la confianza y la interacción positiva
entre los estudiantes permite un ambiente más armonioso y facilita la enseñanza.”
Dimensiones del clima escolar
Cinco dimensiones principales, que organizan cómo los niños perciben el clima escolar,
fueron identificadas:
Relaciones interpersonales: Se enfatizó la importancia del respeto mutuo y la empatía
entre estudiantes y profesores. "El respeto mutuo entre los estudiantes y hacia el profesor crea
un espacio donde el aprendizaje se facilita y los conflictos se minimizan", informó un profesor.
Motivación y autorrealización: El reconocimiento y la apreciación del esfuerzo escolar
fueron identificados como impulsores fundamentales de la motivación. “Cuando el profesor
valora nuestro esfuerzo, me siento capaz de aprender y mejorar” (Estudiante, 3er grado).
Estabilidad emocional: Los estudiantes experimentan un mayor bienestar en aulas
donde se promueve la resolución pacífica de conflictos. "Cuando hay peleas o gritos, me pongo
nervioso y no puedo concentrarme" (Estudiante, 2º grado).
Participación y sentido de pertenencia: La participación en actividades está asociada
con la percepción de que sus opiniones son valoradas. “Me siento parte de la escuela cuando
puedo dar mi opinión sobre proyectos y actividades de clase.”
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Innovación y recursos educativos: Las actividades creativas y las metodologías
innovadoras aumentan la motivación e interés de los estudiantes, mientras que la disponibilidad
de infraestructura y recursos adecuados facilita la interacción y el aprendizaje.
Satisfacción con el entorno escolar
El componente físico del entorno reveló que las aulas limpias, bien iluminadas y
equipadas, así como las bibliotecas y laboratorios, aumentan la concentración y la motivación.
Pero dijeron que se necesitaban mejoras en los baños, áreas de comedor y espacios
deportivos. Los profesores dijeron que tales condiciones pueden afectar directamente el
rendimiento y la motivación de los estudiantes.
Con respecto al contexto social, a pesar del establecimiento de un ambiente respetuoso
y colaborativo (una mayoría en la que los estudiantes trabajan bien juntos), algunos estudiantes
exhibieron incidentes de acoso escolar, y se reportaron problemas individuales de violencia,
incluido el ciberacoso, lo que resalta la necesidad de estrategias preventivas y programas de
mentoría y mediación.
El aspecto afectivo indica que es un momento en el que los estudiantes valoran los
espacios seguros para expresar emociones y recibir apoyo cuando están bajo estrés. Los
profesores dijeron que la formación en gestión emocional, comunicación asertiva y resolución
de conflictos es esencial para un clima escolar positivo.
Síntesis de hallazgos por dimensión
Tabla 1
Percepción de estudiantes y docentes sobre el clima escolar
Dimensión
Aspectos
observados
Percepciones
estudiantes
Ejemplo
Entorno
físico
Infraestructura,
limpieza,
mobiliario,
biblioteca
Aulas limpias,
biblioteca
valorada, baños
“Me gusta la
biblioteca porque
puedo estudiar
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y comedores a
mejorar
tranquila”
(Estudiante)
Entorno
social
Relaciones entre
pares, inclusión,
convivencia
Relaciones
generalmente
respetuosas;
acoso escolar
ocasional
“Implementamos
actividades de
cooperación para
enseñar
comunicación y
resolución de
conflictos”
(Docente)
Entorno
emocional
Apoyo emocional,
bienestar, manejo
de estrés
Necesidad de
espacios
seguros y apoyo
“Me gusta poder
hablar con el
maestro si estoy
triste o enojado”
(Estudiante)
Nota. La información fue obtenida mediante entrevistas semiestructuradas y grupos
focales con estudiantes y docentes. Los ejemplos son citas textuales para ilustrar la percepción
de los participantes.
Tabla 2
Indicadores de clima escolar
Indicador evaluado
Puntaje promedio (1-5)
Desviación típica
Clima emocional en aula
4.65
0.32
Relación docente-estudiante
4.72
0.28
Participación y colaboración
estudiantil
4.58
0.35
Inclusión y respeto por la diversidad
4.60
0.30
Satisfacción general con el entorno
escolar
4.70
0.27
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Nota. Puntajes promedios calculados a partir de encuestas y observaciones directas, en
una escala de 1 (muy bajo) a 5 (muy alto).
DISCUSIÓN
Los hallazgos demuestran que el clima escolar es multidimensional, y las dimensiones
físicas, sociales y emocionales interactúan estrechamente para mejorar el bienestar y el
aprendizaje efectivo. Las aulas limpias, bien iluminadas y equipadas facilitan la concentración,
mientras que la falta de mantenimiento puede causar incomodidad y afectar la motivación.
Existe una coexistencia en el entorno social de tanto relaciones positivas como episodios de
conflicto, lo que enfatiza la importancia de las estrategias preventivas, la tutoría, las mentorías y
el desarrollo profesional docente en la resolución de conflictos y el ciberacoso.
El elemento emocional se centra en la importancia de espacios seguros y programas de
apoyo para promover la salud emocional y la satisfacción de docentes y estudiantes (González
et al., 2023).
La promoción de metodologías activas como el aprendizaje cooperativo, proyectos
interdisciplinarios y dinámicas de reflexión socioemocional apoyaron la mejora del clima
escolar, mejorando las competencias socioemocionales, el pensamiento crítico y el liderazgo
compartido. La formación docente, así como el papel del coordinador escolar, también se
reportan como determinantes significativos para asegurar la efectividad de las intervenciones y
la sostenibilidad de los cambios.
Estos hallazgos contribuyen a la novedad científica en el corazón de este estudio al
demostrar la contribución de factores físicos, sociales y emocionales integrados en conjunto, y
métodos de enseñanza activos a un clima escolar positivo y motivador con implicaciones
prácticas para el diseño de políticas educativas, la planificación de programas de bienestar y la
formación continua del personal docente.
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Esta investigación confirma que un clima escolar favorable impacta directamente en la
motivación, participación y aprendizaje de los estudiantes, al tiempo que fortalece la disposición
de los docentes para implementar estrategias innovadoras y relaciones basadas en la
confianza, demostrando la relevancia de abordar de manera integral la mejora de los entornos
educativos en contextos urbanos como Santo Domingo.
CONCLUSIONES
Basado en los hallazgos de este estudio, el clima escolar debe mejorarse para apoyar el
bienestar socioemocional de los estudiantes y el aprendizaje académico, y las metodologías
activas demuestran ser una forma efectiva de lograrlo. Además, los proyectos
interdisciplinarios, el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje basado en problemas, las
dinámicas de reflexión socioemocional y la gamificación no solo promueven la participación y el
intercambio de los estudiantes, sino que también apoyan la formación de competencias
socioemocionales, cognitivas y de resolución de problemas que crean una atmósfera de
confianza y motivación que permite un aprendizaje. Este resultado es consistente con la idea
de que, para mejorar el aprendizaje, no solo es necesario contar con los recursos o la
infraestructura, sino también organizar nuestras experiencias educativas como interactividad,
cooperación y reflexión como ejes fundamentales del proceso de enseñanza-aprendizaje.
De manera similar, la evidencia de investigación actual demuestra que una combinación
de estrategias activas y estrategias que enfatizan el bienestar socioemocional fomenta un clima
escolar de apoyo, seguro y agradable, que promueve sentimientos de pertenencia,
autoevaluación, aprendizaje y constructividad. El estudio de los docentes y la preparación de
los coordinadores también demuestran la importancia de la formación docente para que las
intervenciones destinadas a mejorar el clima escolar sean exitosas. Aquellos que enseñaron
habilidades socioemocionales, comunicación efectiva, pedagogía y cómo gestionar la clase, y
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también practicaron pedagogía y teorías relacionadas para fomentar relaciones y facilitar la
participación y la seguridad positiva del aula son hallazgos que son consistentes con
investigaciones recientes sobre desarrollo profesional y liderazgo educativo. Los coordinadores
están preparados para supervisar la implementación de la estrategia y mostrar apoyo y
consistencia en el uso de las metodologías activas, enfocándose así en construir un clima
escolar que sustente el bienestar y el aprendizaje de los estudiantes.
Para consolidar estas mejoras desde las etapas iniciales, recomendamos utilizar
estrategias basadas en metodologías activas que entrelacen participación, colaboración,
reflexión y responsabilidad compartida. También se sugiere, entre otros, que se fomente aún
más el aprendizaje cooperativo y los proyectos grupales con roles específicos, se enfoque en
las dinámicas de reflexión socioemocional, se aplique el aprendizaje basado en problemas, se
incluyan la gamificación y las herramientas digitales, y se ofrezca la rotación de roles y el
liderazgo compartido como una oportunidad. Además, se ha enfatizado la participación activa
de la comunidad educativa y la educación y formación continua de los educadores, junto con
mecanismos de evaluación y monitoreo para la modificación y optimización de las
intervenciones de manera continua. No obstante, este estudio tiene importantes advertencias
que deben tenerse en cuenta al interpretar los resultados. La experiencia de los docentes y
estudiantes solo se evaluó dentro de una institución, por lo que los resultados difícilmente
pueden generalizarse a otros contextos educativos. De manera similar, no se realizó un
seguimiento longitudinal para evaluar cuán sostenibles y duraderas fueron las estrategias
implementadas en el logro académico y el funcionamiento socioemocional de los estudiantes.
La eficacia del programa se basó en los recursos de los docentes y su compromiso con
la implementación, lo que quizás podría haber afectado la consistencia de los hallazgos;
además, la evidencia se basó más en opiniones subjetivas y no involucró medidas
estandarizadas para cuantificar su éxito académico o su bienestar emocional. Además, las
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medidas exitosas identificadas en varias situaciones para aumentar el clima escolar, como las
estrategias encontradas, deben adaptarse para adecuarse a las condiciones de vida escolar, ya
que el contexto cultural, económico y organizacional podría afectar la efectividad de estas
estrategias. La investigación futura debería ser mixta o de múltiples instituciones y debería
utilizar mediciones estandarizadas y observación directa para investigar el éxito de las
intervenciones que involucran a diferentes participantes educativos para determinar si las
estrategias establecidas funcionan y la sostenibilidad de la estrategia. En consecuencia, este
estudio ofrece evidencia concreta y práctica de la relevancia del clima escolar en el centro del
bienestar y el aprendizaje de los estudiantes como un nexo y una gama de principios
pedagógicos, metodológicos y de formación docente que las instituciones educativas pueden
seguir y adoptar para fomentar entornos más inclusivos, colaborativos e inspiradores,
cimentando el clima escolar como un habilitador estratégico del desarrollo integral de los
jóvenes.
Declaración de conflicto de interés
El autor declara no tener ningún conflicto de interés relacionado con esta investigación.
Declaración de contribución a la autoría
Este manuscrito fue desarrollado con la participación de un único autor, quien asumió
los roles de conceptualización, metodología, análisis formal, redacción del borrador original y
revisión y edición del texto.
Declaración de uso de inteligencia artificial
El autor declara que utiliza herramientas de inteligencia artificial únicamente como
apoyo para este artículo, y también que esta herramienta no sustituye de ninguna manera la
tarea o proceso intelectual. Después de rigurosas revisiones con diferentes herramientas en las
que se comprobó que no existe plagio, el autor manifiesta y reconoce que este trabajo fue
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632 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 4, 2025, octubre-diciembre
producto de un trabajo intelectual propio, que no ha sido escrito ni publicado en ninguna
plataforma electrónica o de IA.
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